Pesqueros para vara y
carrete
PALMAREJO
Palmarejo
es el tramo de costa norte de la actual provincia de Mayabeque, ubicado entre
las desembocaduras de los ríos Canasí y Puerto Escondido. Un sendero sombreado por
la uva caleta va siguiendo el perfil costero y hay espacios bajo los árboles donde
algunas familias y grupos de jóvenes acampan. El mar es de una pureza
conmovedora, sobre todo cuando viene uno
de frecuentar orillas donde los desechos de la civilización se acumulan hasta
que una temporada de fuerte oleaje los arrastra al océano o los sustituye por
recalos ajenos.
El
arrecife costero de Palmarejo muestra capas rocosas horizontales diferenciadas,
superpuestas como un pastel; a veces suele aparecer alguna línea rojiza y la
presencia de arena compacta entre capas de piedra. Suele haber nichos de marea
fósiles. Tras la franja rocosa inmediata al agua, la vegetación comienza con un
bien delimitado frente de uva caleta dispuesta de menor a mayor, formando un
bisel que hace frente al viento con eficacia; luego el monte seco costero,
entre cuyos componentes la vista descubre el almácigo y el guao de costa, se
eleva por la ladera de las colinas del grupo orogénico Habana Matanzas, que acompaña
a la línea litoral.
La
costa es baja, con cornisas sobre los 3 m en algunos tramos y en suave declive
al agua en las secciones más bajas. En algunos sectores la profundidad es
considerable, como revela el intenso azul del mar, pero hay algunos tramos en
los que es posible la pesca al vadeo, incluso hasta una rompiente al este de la
boca del río Canasí. El abra del Canasí es uno de los accidentes costeros más
notables de Cuba, distinguible por su nítida escotadura desde la distancia del
horizonte.
A
Palmarejo íbamos en los años noventa, buscando completar el conocimiento de una
costa profunda que alcanza mayores cotas batimétricas en dirección a la bahía
de Matanzas, de más de 500 metros de profundidad en su boca. Se halla el tramo,
por cierto, en medio de dos zonas de campismo que integran en conjunto el
llamado por entonces Litoral Norte de La Habana. El grupo del oeste estaba
integrado por varios campismos desde el de Jibacoa al de Peña Blanca, y el del
este por los de Puerto Escondido a El Narigón. La posibilidad de alojamiento ha
sido habitualmente aprovechada por los que gustan el deporte de la pesca. El
tramo libre cuenta con un acceso vial que sirve a unos pozos de petróleo en
activo, cuya presencia no parece dejar hasta hoy huellas de contaminación ni
conflictos por el acceso para los que quieren simplemente recrearse en este
rincón natural.
Por
las características de la orilla, es zona apropiada para la pesca a spinning,
con un tramo total de unos siete kilómetros para ejercitar las piernas. Como es
común en áreas de este tipo, puede hallarse el cibí amarillo, la barracuda y
otras especies para capturar a señuelo artificial. A fondo y con carnada aparecen
el ronco y sin ninguna duda también el pargo criollo en temporadas.
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